“Sabía que ese templo era el lugar que requería su invencible propósito; sabía que los árboles incesantes no habían logrado estrangular, río abajo, las ruinas de otro templo propicio, también de dioses incendiados y muertos; sabía que su inmediata obligación era el sueño.”
Jorge Luis Borges
(Las Ruinas Circulares)
Historias y lazos ocultos se activan tras la secreta relación de las palabras y las cosas. La ruina es siempre misterio y esperanza. Un registro de vidas pasadas que pueden sortear el presente sólo a través de nuestra imaginación
¿Cómo vivían?
¿Cuáles eran sus fantasías?
¿Cuáles sus mayores miedos?
Si bien la ruina evoca el desmoronamiento de un mundo pretérito que vio su gloria y luego su caída, nos enfrenta también —inevitablemente— a nuestra fragilidad. La ruina es, después de todo,
un elemento del futuro porque su materia nos sobrevivirá.
Entre la contemporaneidad del registro y el pasado inmediato del objeto recargado simbólicamente por su uso cotidiano, Sergio Castiglione investiga sobre las reliquias de la construcción. Descubre así diálogos inéditos de elementos que nos recuerdan al precepto surrealista que permitía la singular unión de fragmentos de universos dispares.
Fabro Tranchida